Qué pasa después de morir

Qué ocurre tras la muerte

La humanidad teme a la muerte de una forma exagerada, le tiene tanto miedo que la inmensa mayoría de nosotros no se para ni a pensar ni a sentir en toda su vida, porque de hacerlo tendrían que afrontar que van a morir. Y la mayoría tiene tanto miedo que toda su vida la basan en escapar de ese pensamiento, de ese miedo, de esa realidad, intentando llenar su vida con sexo, con dinero, con bienes materiales, con poder, con la moda, con estúpidos intentos por aparentar juventud... viviendo una angustia constante, casi imperceptible, subconsciente casi siempre, que nos lleva a un ritmo de vida frenético, consumista y auto destructivo, y todo para no pensar, para no aceptar que todos, todos y cada uno de nosotros vamos a morir. 
Y lo cierto, la verdad, es que morir no es para tanto, de hecho muchas personas cuando fallecen no se percatan inicialmente de que han muerto, no saben qué les pasa, no saben por qué nadie les hace caso o les escucha... Esto ocurre porque no hay grandes cambios en cómo nos sentimos tras morir, porque morir solamente es desprenderse del cuerpo físico, pero nuestro modo de ser, de pensar, de sentir y nuestros recuerdos siguen exactamente igual que antes. Cuando alguien muere lo único que ocurre es que el alma, es decir la energía consciente que somos, abandona el cuerpo físico porque éste ha dejado de funcionar, pero nos seguimos sintiendo igual, incluso al principio nuestra alma tiene la misma forma que el cuerpo, pues la energía espiritual que tenemos ocupa todo nuestro cuerpo físico, y hasta que aprendemos cómo podemos adquirir la forma energética que deseamos, seguimos con la misma forma que teníamos en el cuerpo físico porque es la que hemos aprendido a tener sin darnos cuenta durante toda nuestra vida. 
Normalmente cuando morimos y abandonamos el cuerpo solemos ver desde fuera nuestro propio cuerpo, el lugar donde estamos y a las personas que se encuentran a nuestro alrededor en ese momento, y muchas almas intentan comunicarse con las personas vivas que están empezando a llorar la muerte de su ser querido, y casi todas lo que intentan decir es que no están muertas, que están vivas, porque muchos piensan que la muerte es el vacío, la oscuridad, la falta de consciencia... y nada más lejos de la realidad, seguimos siendo nosotros mismos, conscientes, con nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestros recuerdos... de ahí que muchos intenten hablar y decir que siguen vivos. 

Después de ese momento inicial pueden ocurrir dos cosas, que se abra un túnel de luz (que en realidad es una esfera, lo que se conoce en física como un "agujero de gusano") que comunica con otra dimensión donde debemos ir, o que no se abra ese túnel y nos quedemos apegados a la Tierra. Que se abra o no, depende de las energías espirituales del alma que acaba de fallecer, si sus energías espirituales son buenas, si sus sentimientos son limpios, siente amor, paz, compasión, perdón... no tiene ira, rencor, miedo... entonces se abrirá esa "puerta" a una dimensión de una energía maravillosa llena de amor y paz, acorde a las energías del alma que acaba de morir. 
Cuando mueres y trasciendes a otras dimensiones espirituales elevadas nadie te juzga, solo obtienes perdón, amor y aceptación, hayas hecho lo que hayas hecho. El único que te juzga al morir eres tú mismo, por eso si el alma que acaba de morir tiene malas energías, odio, ira, rencor, miedo, envidia... no se abre la puerta a una dimensión de amor, porque las energías de esa alma no son afines a  esa dimensión y siempre, siempre el alma atrae aquello que le es afín.
Si esa puerta o túnel a otra dimensión no se abre, la persona que acaba de fallecer queda en un plano dimensional muy próximo a la Tierra y a veces, dependiendo de la fuerza que tenga esa alma, podrá interactuar con el mundo físico. Normalmente las almas que quedan en este plano sufren porque lo único que sienten son sus propias miserias, su odio, envidia, avaricia, miedo... y porque ven a sus seres queridos sufrir, porque no suelen entender que están muertos y no entienden por qué nadie les escucha... se quedan en ese estado hasta que son capaces de perdonar y perdonarse, de sentir amor, de dejar ir todos los malos sentimientos... y cuando esto ocurre el túnel de luz se abre para que puedan pasar a otra dimensión donde encuentran una Paz y un Amor inefables.

Tenemos que perder el miedo a la muerte para que podamos tener una vida mejor y más digna, haciendo del mundo un lugar mejor. La muerte no es un final para nadie, es un cambio de estado, como pasar de sólido a gaseoso, por así decirlo, y todos aquellos seres queridos que han fallecido antes que nosotros los volvemos a encontrar en esas dimensiones espirituales. Las separaciones solo son temporales y el tiempo pasa deprisa, no hay nada que temer, de hecho es mucho más duro y traumático nacer que morir, con la muerte se mantiene la consciencia, los recuerdos, vas a una dimensión mejor, te sientes mucho mejor, y poco a poco recuerdas vidas anteriores y tu consciencia se expande... con el nacimiento pierdes tus recuerdos al acoplarse tu alma a un cuerpo y un cerebro nuevos, olvidando hasta quién eres, de dónde vienes, a tus seres queridos etc etc... y solo te encuentras con la oscuridad y el ruido de los latidos del corazón de tu madre, sin embargo, no hay nada que temer de la muerte.
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