El karma

El Karma

En otro apartado hablé de que el alma es una energía consciente, bien pues el alma, como energía que es, tiene la capacidad para generar emociones y sentimientos, y son estas energías emocionales las que pueden generar karmas.  

Hay diferentes tipos de karma, el personal, generado por cada individuo, el familiar, generado por varios individuos que pertenecen a la misma familia, incluso el regional, todos los individuos de una región o nación, y el mundial, el karma generado por todos los seres que habitan el planeta. ¿Pero que es un karma? Un modo muy sencillo de decirlo es que un karma es una energía que no fluye correctamente. El alma es una energía inmutable, en el sentido de que no aumenta ni decrece la energía que la forma, pero esa energía puede expresarse de modos muy diferentes, desde el odio al amor. Cuando los vínculos energéticos que nos unen a otra persona (o personas) son de odio, de tristeza de envidia, de miedo... las energías entre ambos no fluyen bien ni son puras, por lo que se genera un karma. 
Es decir que un karma es una energía generada por el alma o las almas de una persona o grupo de personas que se va "acumulando" de forma negativa a lo largo de los años. Cuando tenemos un sentimiento negativo, ira, odio, envidia, enfado, tristeza etc… normalmente sana con el paso del tiempo, no nos quedamos continuamente en ese sentimiento negativo, no lo generamos a todas horas y en todo momento, por lo que la energía de nuestra alma, expresada en ese enfado, tristeza, o el sentimiento que sea, fluye (por así decirlo) y cambia, generando el alma otro tipo de sentimientos, como perdón, amor, alegría… y continuando con nuestra vida normalmente. El problema llega cuando uno de esos sentimientos se queda tan arraigado que, aunque sea inconscientemente, no podemos dejar de sentirlo, cuando esto ocurre empezamos a generar una energía negativa continuamente que no fluye de modo correcto y acaba por envolvernos, generando un karma. 
Voy a poner un ejemplo: Una vez conocí a un hombre que se enfadó con su padre porque de pequeño le pegaba, su enfado es justificado a todas luces, pero este hombre nunca superó ese enfado, ya no solo no fue capaz de perdonar a su padre en su fuero interno (cosa que habría sido lo ideal) sino que guardó ese enfado en su interior y fue creciendo durante años manchando de odio el resto de su alma, y expresó ese enfado enfadándose con el mundo. Cada vez que algo no iba bien en el trabajo lo pagaba con sus empleados y les echaba una bronca monumental, llegando incluso a insultarlos y a faltarles al respeto. A lo largo de los años generó varios karmas formados por todo ese enfado, primero se creó un karma muy grande con su padre, de odio, de ira y de rencor, y después también otro más pequeño con sus empleados, pues al tratarlos así unos le tenían miedo y otros lo odiaban.

Una de las características de los karmas es que atraen a tu vida aquellas energías de las que están formados, es decir, si tu te sientes enfadado, traerás enfados a tu vida, si eres envidioso atraerás personas que te envidien o personas a las que envidiarás, si tienes baja la autoestima atraerás personas que te humillen o que no te valoren... Y así ocurre con cada sentimiento negativo.  Y al contrario también, si los karmas son buenos y te llenas de positivismo, amor, comprensión, optimismo... Atraerás buenas situaciones a tu vida. 

Podemos crearnos karmas nosotros solos, por ejemplo una persona con baja autoestima, que se siente inferior al resto, va a crear constantemente una energía negativa sobre sí misma de inferioridad, los demás abusarán de ella, a veces incluso sin darse cuenta y sin proponérselo, porque es lo que esa persona está generando. También generamos karmas con nosotros mismos cuando nos sentimos culpables por algo durante mucho tiempo y no somos capaces de perdonarnos.Y sobre todo generamos karmas con nosotros mismos cuando tenemos sentimientos enfrentados, es decir cuando queremos o sentimos algo positivo que emana de nuestro interior y no nos permitimos ser nosotros mismos y actuar libremente, bien sea por culpabilidad, vergüenza, miedo... y acabamos reprimiendo una parte buena y brillante de nuestra esencia.

Nuestra alma tiene la increíble capacidad de crear nuestro destino, y lo hace a través de los sentimientos y las emociones, generando energías positivas o negativas y atrayendo a nuestras vidas las situaciones afines a las emociones que genera. 
El modo de no crear karmas es venciendo los sentimientos negativos y no quedarse estancado en las situaciones malas o traumáticas que se hayan podido vivir. 
Por poner otro ejemplo: Conocí a una mujer a la que su pareja engañó durante cinco años, ella lo supo al segundo año y lo consintió porque tenía la moral por los suelos y pensaba que su marido valía mucho más que ella. Cuando se dio cuenta de que no era así y aprendió a valorarse rompió su relación y empezó a vivir su vida, pero resultó que no se perdonaba a sí misma por haber consentido que su marido la engañase, se machacaba y se torturaba constantemente diciéndose que era una tonta, que no tenía que haber consentido eso, que si le volviese a pasar jamás lo toleraría. Ocurrió que unos años después se enamoró de otro hombre, empezaron a salir y todo iba bien, excepto porque él quedaba continuamente con una amiga y a la protagonista de mi historia no le parecía bien y tenía grandes sospechas de que era algo más que una simple amiga, y sin embargo por lo enamorada que estaba y ante la insistencia de él, consintió una situación con la que no estaba de acuerdo de nuevo. Un tiempo después descubrió que él la estaba engañando con esa amiga, y de nuevo volvió a torturarse y a reprocharse que era tonta ,que ya lo sabía pero que miró hacia otro lado etc etc… De lo que no se da cuenta es de que ella misma, con sus reproches, los insultos hacia sí misma, la poca comprensión que se mostró para con ella tras consentir los engaños de su marido, el no ser capaz de superar la situación vivida y decir constantemente que si le volviese a pasar lo haría de otro modo, y sobre todo EL NO SER CAPAZ DE PERDONARSE a sí misma por consentir los engaños, acabó generando un karma que atrajo un hombre que la puso en una situación muy parecida, porque ya que no era capaz de perdonarse ni de superar aquella situación volvió a generarla y a vivirla, con la intención consciente e inconsciente de hacer las cosas de otro modo. Pero volvió a hacerlas igual, porque somos como somos y no vamos a cambiar, podemos evolucionar, pero no a través de reproches o de culpabilidad, sino de aceptación y perdón. El ser humano tropieza una y mil veces en la misma piedra, y los reproches y la no aceptación, el no perdonarse etc... solo lleva a repetir el mismo patrón, el mismo modo de actuar una y otra vez. El único modo que hay para superar estos karmas y no repetir las situaciones y los comportamientos es la comprensión con uno mismo y con los demás, el amor, no juzgar y no juzgarse, perdonar y perdonarse, aprender las lecciones que la vida nos enseña a través LA ACEPTACIÓN y el amor, y no del odio, de la autocrítica, del miedo, o de no aceptar las situaciones y nuestros comportamientos. Estos sentimientos no llevan a nada bueno ni se aprende nada de ellos. Y esto es mucho más importante de lo que parece porque los karmas, si no se superan, se llevan de una vida a la siguiente, porque son energía y la energía no se puede destruir ni perder, solo transformar.

Muchas veces los karmas no nos afectan únicamente a nosotros mismos sino que influyen a varias personas a la vez. Una de las peores energías que genera karmas es el miedo. Conocí una niña a la que su padre maltrataba y a ella le aterraba. Por desgracia si esa niña cuando crezca no supera el miedo a su padre, si no deja de verlo como a alguien superior, a quien ella misma le está dando poder, generará un karma con su padre, él genera una energía de superioridad, de control hacia ella, y ella al revés, de miedo y sumisión, y lo peor es que este tipo de karmas hacen que te encuentres a esa persona en otra vida y que generes situaciones que repitan los patrones, donde esa niña volverá a tenerle miedo y él volverá a dominarla y machacarla, tal vez no como su padre, pero será su jefe o su marido o su esposa, o su hermano...

Todos estos karmas hay que “romperlos”, superarlos, transformarlos: cambiar el miedo por valor, por amor propio, por autoestima, la sumisión por honor, por igualdad, por dignidad... y el padre de esta historia debería cambiar el orgullo y el dominio por humildad, por comprensión, empatía y amor, pero eso es más difícil, pues ese tipo de comportamientos generalmente son propios de almas muy atrasadas espiritualmente. 

Como dije antes, de igual modo que las energías negativas que producimos atraen situaciones negativas en las que nos hemos quedado enganchados, las energías y sentimientos buenos, como el amor, el perdón, la compasión, la empatía…etc atraen buenos acontecimientos a nuestra vida, si das amor atraerás personas que den amor, bien sea una pareja, padres, hijos, familia, amigos… Si eres optimista atraerás situaciones positivas (eso no quiere decir que estés libre de tristezas obviamente, pero sí que atraerás acontecimientos buenos, tus propósitos se cumplirán con mayor facilidad etc)... 

Cuando no superamos una situación por el motivo que sea, los sentimientos que nos genera: Ira, humillación, culpa, angustia, tristeza, miedo… se quedan en nuestro interior estancados, nuestra vida se queda estancada en esa situación, en ese momento y todo esto hace que nuestra alma, nuestro destino y nuestro karma vuelvan a generar la misma situación en esta vida y/o en las siguientes, condenándonos en ocasiones a reencarnarnos una y otra vez hasta que comprendemos, aceptamos y superamos la situación, transformando así los sentimientos negativos que nos generó. Para superar este tipo de situaciones y de karmas casi siempre hace falta lo mismo: Cambiar la ira y el rencor hacia uno mismo o hacia los demás por perdón y por Amor, dejar de juzgarnos a nosotros mismos y a los demás por nuestros errores, nuestras faltas, nuestras culpas… y cambiar y en lugar de juzgar al prójimo o a nosotros mismos, comprendernos a nosotros y a los demás, empatizar, pensar que quizás en la situación de la persona a la que estamos juzgando haríamos lo mismo o algo peor, y dejar de juzgar y juzgarnos, no se trata de eso, ni siquiera en el Más Allá te juzga nadie, al revés, allí solo encuentras amor y comprensión. Jesús no juzgaba a nadie, a nadie le decía: ¡Has hecho mal! ¡Eres idiota! ¡Te vas a condenar!. No hacía nada de eso, no juzgaba el comportamiento de los demás, comía y compartía situaciones con personas de dudosa reputación como prostitutas, recaudadores, adúlteros… y a nadie juzgaba, es más cuando le pedían que juzgase o condenase a alguien por tal o cual pecado, Él, al contrario, no juzgaba a la persona,  le ayudaba a recuperar su dignidad, a perdonarse y a que los demás la perdonasen, como a la mujer adúltera que los judíos querían lapidar. 
Si fuésemos capaces de no juzgar a nadie no generaríamos ni la décima parte de las malas energías que generamos, ni los karmas que creamos, y viviríamos mucho mejor. 

Siguiendo con lo que es necesario para no generar karmas, es básicamente, además de lo dicho, cambiar la envidia, el rencor, la baja autoestima, la soberbia, la deshonestidad, el miedo* etc… por Autoestima, compasión, humildad, rectitud, honestidad, sinceridad, valor, poner límites si es necesario, fortaleza...

Una forma de generar karmas es cuando nos enfrentamos continuamente a alguien, se discute, se acaba faltando al respeto y las personas acaban enemistadas. 
Cuando discutimos con alguien, no me refiero a dar una opinión contraria, sino a querer imponer nuestra opinión, nuestro punto de vista, o al revés cuando nos oponemos al punto de vista o a la opinión de alguien, lo que estamos haciendo es confrontar su energía a la nuestra, cuando una de las dos energías es un poco agresiva comunica su agresividad a la otra persona y la respuesta suele ser agresiva también a modo de defensa, de manera que la confrontación es cada vez mayor y las energías negativas de las dos personas que discuten se van entremezclando y retroalimentando, con una agresividad y una negatividad que suele  ir a más, tratando de imponerse la una a la otra sin éxito y generando una energía que puede acabar convirtiéndose en un karma si la situación va a más, o si se llega a la violencia física, o se repite a menudo a lo largo del tiempo. 
Por este motivo Jesús de Nazaret jamás discutía con nadie, ni con maestros de la ley, ni con aquellos que no hacían caso de sus palabras, ni con aquellos que le juzgaban, ni con aquellos que terminaron por condenarlo a muerte y matarlo. Nunca se defendió, sabía que era inútil y que eso solo generaba la oposición de dos energías enfrentadas y que no conducía a ninguna parte. Él (aunque en algunos párrafos de los evangelios se dice lo contrario) no discutía con nadie, exponía sus palabras y quien le hacía caso y le seguía pues bien, y quien no lo hacía era libre de tomar sus decisiones, Él no se lo iba a imponer o a tratar de convencer (que en ese caso sería lo mismo). Si alguien le acusaba de blasfemo o de cualquier otra cosa, Él lo ignoraba o le pedía que se lo demostrase con argumentos sólidos, pero no se oponía ni se enfrentaba, todo eso es muy negativo para uno mismo y para nuestras propias energías, y por eso mismo tampoco se defendió en el juicio contra Él, era inútil cualquier defensa y solo generaría karma, así que lo aceptó con paciencia, humildad, y apenas abrió la boca y nunca lo hizo para defenderse oponiéndose a las acusaciones.

A veces podemos generar karmas muy negativos, por ejemplo una persona que en una vida pasada haya matado a otra o que le haya hecho cualquier daño físico o moral a propósito en una vida futura sufrirá los males que él cometió, para ponerse en el lugar de aquellas personas a las que le causó el sufrimiento y aprender empatía y amor, y a no actuar así. 

*Cuando hablo del miedo no estoy hablando de miedo a situaciones puntuales, como puede ser a volar en avión, a la oscuridad o a tirarse en paracaídas, sino miedo a personas o a situaciones que nos afecten en la vida diaria. Conozco un hombre que quedó traumatizado de sus relaciones anteriores y ahora, aunque desea tener pareja, tiene tanto miedo que es incapaz de arriesgarse y su vida está parada. 
Conozco a una mujer que jamás tuvo pareja, pero está tan acomplejada (no tiene ningún motivo para estarlo) que le tiene miedo a los hombres, y cada vez que se acerca uno, ella se va, o es maleducada para alejarlo aunque él le guste. A ese tipo de miedos, o miedo a personas concretas, es a lo que me refiero cuando digo que el miedo genera karmas.
A veces ocurre que una persona, antes de nacer, puede ofrecerse para limpiar o sanar el karma de otra, es decir que va a cargar sobre sí una energía negativa que él no generó con el objetivo de vencer o limpiar ese karma para que no lo tenga que hacer la otra persona. Esto se da cuando una persona no es capaz de avanzar y cada vez genera más y más karma de modo que en cada vida le es más complicado superarlo. Esto no quiere decir que la persona que generó el karma no lo vuelva a generar ni que por ello deje de aprender las lecciones que debe aprender, sino que para aliviar su carga energética otro carga con ella voluntariamente viviendo situaciones a veces muy desagradables que no le correspondía vivir por su propio karma o destino.


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